Al igual que Gómer traicionó más de una vez a Oseas, nosotros hemos traicionado al Señor en innumerables ocasiones. Y cuando creamos nuestro propio infierno por malas decisiones y nos apartamos del camino, el Padre se preocupa y se duele. Pero Su gracia nos alcanza una y otra vez, a pesar de nuestra vergüenza, culpa y confusión. Sólo Dios puede redimirnos de nuestro pasado. Nuestras faltas no nos definen ante el Él, pues nos ama a pesar de nuestros pecados. ¡Su amor es un amor escandaloso y sin sentido común que rompe todas las reglas!
Dante Gebel #891 | Propuesta indecente
Publicado el 29/09/2024
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