Los cristianos solemos creer que la ansiedad y la depresión, son problemas que se arreglan con oración, “declarando” victoria, y “decretando” que somos libres; y vamos por la vida sufriendo nuestro invierno en solitario, ocultando nuestra depresión, crisis y batallas. Sin embargo, recordemos que mientras no seamos relevados de nuestras funciones del Reino y de nuestro llamado, debemos permanecer. Concentrémonos menos en nuestra tristeza y más en Su poder. El Señor nunca deja de obrar para nuestro bien. ¡Vamos a bendecir y agradecer por nuestras noches de invierno!
04/11/2024