19/08/2024

Atrapados en el ascensor

Jesús no permitió que la complicada dinámica de su familia ni las críticas de sus contemporáneos eclipsaran el llamado de Dios para su vida. En lugar retarlos o tratar de cambiarlos, les dio espacio, tiempo y gracia. Todos y cada uno de nosotros tenemos hábitos que no podemos controlar, fallas que no podemos corregir, y defectos que no podemos enmendar. Así que, como Jesús, tenemos que aprender a no querer controlar la vida de nadie, ni permitir que sus críticas controlen la nuestra. Y cuando estemos atrapados con un gentío en un diminuto ascensor, agradezcamos la cercanía porque ¡es difícil odiar a la gente cuando la ves de cerca!